Se ha completado la Semana Cultural y son pocas las actividades que faltan por reseñar.
El sábado 16 de agost por la tarde tuvo lugar en el patio de las escuelas el "taller de baile moderno" para los niños y a cargo de la profesora Teresa Rodrigo de la escuela de baile Style Dance de Valladolid. Hora y media en la que se hicieron con la coreografía de la canción "Diva" de Melody y grabaron un tik tok. Grandes bailarines. Os paso fotos y vídeos.
Teresa Rodríguez
¡ QUÉ PENA, SE ACABÓ!
Y con la merienda de hermandad ponemos el postre a la XXV Semana Cultural, colmada de cuantas actividades han sido posibles: lúdicas y culturales, para todos aquellos que han tenido a bien asistir a ellas, a pesar de los sofocones de estos días que nos calentaban fuertemente la mollera.
Bajo el sotechado de las escuelas vamos tomando asiento, en tanto que las fiambreras, bandejas y platos abren sus ojos cargados de apetitosas viandas, que expanden sus aromas por todo el recinto para regusto de los asistentes.
Se riegan las mesas con los caldos de Negredo y otras bebidas que aporta la Asociación “Villa Odoth”. Gamazo se hace presente con su queso, y un susurro sobrevuela el ambiente cargado de felicidad.
“Colmeneros, carteros, tarabillas, martinianos, merinos, y civeras; escribanos, gatillas, de las partes, dieces, canchos y pesados jubilados en mesa redonda con el “Señor de los socorritos”; de los saiz, otros primos, prádanos, garcías, zarzosas y otros tantos más apellidos” todos departiendo y repartiendo los exquisitos y variados platos, la alegre compañía y el compromiso de seguir haciendo pueblo. Unas cuantas mesas compuestas y sin qué, aguantaron con pena las ausencias preguntándose el porqué.
Diez y veinte de la noche cuando los cartones del bingo revolotean entre los comensales a la luz del cobertizo, y unos goterones de lluvia rala, relámpagos y truenos que ponen música y misterio a la escena del último bingo que, como tantas veces, lo canta el último jubilado: Miguel el Potroso. Algún que otro sorbo de orujo e improvisado cubata aromatizan los postres y el sentido. Son algo más de las once y media, cuando vuelvo a casa y abro las ventanas para que entre el fresco, mientras los grillos me cantan suavemente su monótona serenata. Ya es lunes cuando apago la luz de la mesilla. En un cajón queda el programa durmiendo también los recuerdos y la nostalgia con la esperanza de que otros sueños y otro tiempo vuelvan a renovarle el próximo año.
Con todo agradecimiento a la Asociación Cultural “Villa Odoth”.
Francisco López (Pacopús)
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