Hace dos días nuestro vecino César Zarzosa se encargó de rociar las calles de Quintana para tratar de desinfectarlas en la medida de lo posible.
La población de Quintana sigue recluida respetando las normas de confinamiento. Aunque todos estamos agobiados y temerosos de un posible contagio, esperemos que esta situación dure lo menos posible, o si se alarga sigamos manteniendo la guardia alta para no infectarnos.
¡Ánimo ya falta menos para que esta pesadilla termine!
La población de Quintana sigue recluida respetando las normas de confinamiento. Aunque todos estamos agobiados y temerosos de un posible contagio, esperemos que esta situación dure lo menos posible, o si se alarga sigamos manteniendo la guardia alta para no infectarnos.
¡Ánimo ya falta menos para que esta pesadilla termine!
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