Un año más, los Reyes Magos de Oriente fueron recibidos a la entrada del puente viejo por gran cantidad de niños y niñas emocionados y expectantes, que en compañía de sus padres y abuelos recorrieron las calles del pueblo, en medio de una copiosa lluvia de caramelos y unas tímidas gotas de agua.
La luminosa carroza llegó hasta la plaza La Alegría cargada de ilusiones y sueños infantiles, y desde allí se dirigieron al Centro Parroquial donde cada niño recibió, de su Rey preferido, los consejos, las caricias y la emoción.
Un caliente chocolate con un buen pedazo de roscón, sirvió para caldear aún más el abarrotado recinto Parroquial.
(Pacopús)
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