PREGÓN DE LAS FIESTAS DE SAN ESTEBAN
2013
David J. Puentes Cordero |
¿Está Coque?, pues ya estamos todos.
Hola buenas tardes
Bueno, me imagino que os habéis hecho la misma
pregunta que me hice yo cuando Conchi me ofreció decir el pregón de fiestas de mi
pueblo, ¿pero qué queréis, un pregón o un monólogo?, Esperemos que sea un
pregón, por lo menos esa es la intención sin ofender a nadie.
Me presento: soy David, bueno mi nombre correcto es
David José,
Cuando me preguntan en el pueblo, pero, ¿tú quién eres?
El nieto del Leonés, de Pedro Cordero y de la
Isabel, pero los más mayores del pueblo me dicen, ¿pero de quién? El de la
María Isabel, el del gallego que estaba en Suiza, “¡ahhhh!”. A otros de no
tanta edad les tengo que decir que soy el sobrino de Lorenzo. Para los de la
quinta de 35 años para arriba, soy el hermano de Teto. Mis amigos más
allegados, los del peto rojo, del equipo del toldo de Tulín, Musculitos, Para
los de la quinta de mi hermana, los del peto verde, los del equipo del toldo de
Germán, El Muscu. Para la familia de Marife, Lucas y Jorge en especial, Davicillo.
Y si con estas explicaciones aún no me conocéis
quiere decir que paráis poco por Quintana del Puente; poca, cada vez menos, aunque
hemos tenido unos cuantos nacimientos, pero muy buena gente, si me dieran 10
euros cada vez que digo esto cuando me preguntan que de dónde soy estaría
forrado, pero bueno, lo único que me falta para ser totalmente de Quintana es
haber nacido aquí. Soy gallego, de las rías Baixas, un pueblo llamado Tomiño de
la provincia de Pontevedra, rayando con Portugal, en la carretera que va de Tui
a la Guardia.
Con 32 años cumplidos en mayo, casado por la
iglesia, sin servicio militar cumplido, programador de profesión y con un Ciclo
Formativo Superior de Telecomunicaciones me dispongo a contaros un poco el por
qué mi familia vino aquí y mi vida en este querido pueblo, que quitando 3 ó 4
veranos en Suiza, unos 10 meses viviendo
en Madrid y 5 años en Burgos, que de esos años en Burgos no me quedé ningún fin
de semana allí, bueno, miento uno, pero estaba ingresado, todos los demás me
los he pasado aquí en el pueblo. No es que no me guste Burgos que no tengo nada
en contra, al revés me gusta, pero que me gusta más mi pueblo.
Los primeros vestigios de mi familia por Quintana
hay que remontarse al año 60, más o menos, que compraron la casa donde
actualmente vive mi abuela.
Fue mi abuela cuando estaban viviendo en Palenzuela
que le dijo a mi abuelo que no le gustaba lavar en el río, que estaba muy mal
por la nieve y las cuestas y que se fuesen a otro pueblo más cómodo. Mi abuelo
contó los pasos que había desde la casa de Palenzuela hasta las tierras que
tenía y de las tierras hasta la casa nueva de Quintana del Puente, al ver que
más o menos era la misma distancia, pues no le importó venirse a este pueblo.
La casa se compró a Ricardo Rodríguez por medio del
señor Manuel, que consiguió que se entendieran en el precio; pero debido a que
mi abuelo sufrió un accidente y no pudo trabajar sus tierras durante un par de
años, mi familia se tuvo que ir a vivir a Pinilla y trabajar mi abuelo de
encargado para Don Nápoles.
Cuando mi abuelo estuvo recuperado se vino él con
mi tía Viki sentada atrás y mi madre en la barra, los tres en la bici para
preparar la casa y así el 6 de marzo de 1963 mi familia se mudó de Pinilla con
7 hijos para Quintana del Puente definitivamente, al poco nació otra hija más y
6 años después otro el último hijo.
Ese periodo desde que la casa estuvo comprada hasta
que pudo venir a vivir mi familia, fue utilizado por Vicente Civera, que tenía
la frutería y taller de bicis, donde está ahora la carnicería, la utilizaba
para meter las cajas, pero aunque estuvo tapiada, los chavales ahora no tan chavales,
se colaban para coger algo de fruta.
El cambio de la finca de Pinilla a Quintana fue muy
grande, mi tío Pedro decía que en este pueblo siempre estaba de fiesta y a mi
madre la sorprendía mucho ver los escaparates de las tiendas, los juguetes y
tal…
A finales de los años 60 principios de los 70
empezaron a llegar a Quintana para trabajar una serie de albañiles gallegos, mi
padre entre ellos, ya llevaba unos meses trabajando por Torquemada y
Cordovilla, venía por mediación de Ricardo, Claudio y Darío, que por cierto no
pagaron la seguridad social, buscaban gente por Tomiño, por Galicia y les
traían a Quintana, mi padre ya había estado con 14 años haciendo adobes en Alazán
por lo que no le importó venirse por estas tierras.
Era el año 1970, más o menos un 20 de agosto,
Adolfo (el Requeté) el de la gorra roja que había venido unos años antes y que
ya era novio de Puri, le dijo a mi padre, que estaba en Villandrando trabajando,
que si se bajaba después de comer al bar de la Charo, en la casa de Rafaelito.
Mi padre bajó y se quedó en los bancos de piedra esperando tomando una caña, ya
que Adolfo había subido a la colonia a por Puri, mi madre, mi tía Viki y una
cuarta que mis padres no se acuerdan, pero seguro que luego alguien se acuerda
y nos lo dice.
No tiene mucho misterio, apareció Adolfo, presentó
a mis padres y a partir de ahí más o menos empezaron a salir, mi tío Paco
siendo un moco cuando veía a mi padre por el pueblo le llamaba ¡el hombre de
Mari¡
Al poco de estar saliendo, mi padre se vino a vivir
a Quintana a la casa donde vive ahora la Amparo para hacer la nave de Aguado, la que hay en frente de la casa de Prádanos,
también mi padre estuvo trabajando haciendo el taller actual de Prádanos, y
también estuvo viviendo mi padre en la casa donde vive Fidel y María Eugenia,
pero en el piso de arriba, también en la casa pequeña de la Sabi, en frente de
la farmacia actual, luego de allí marchó a Herrera a trabajar y a vivir otra
temporada. En el 73 se marchó para Suiza a trabajar (por cierto la casetilla de arriba del silo la hizo
mi padre).
Dejando un poco el tema de mi familia a un lado,
una de las cosas que más me ha llamado la atención de este pueblo es donde se
han realizado las fiestas, la de San Esteban no tanto, ya que casi siempre se
ha celebrado de la misma manera, casi no ha cambiado nada, pero es más en Santa
Lucia donde se ha celebrado en diversos sitios.
En la nave de Mariano de la Parte donde se hizo
unos cuantos años teatro con la compañía de aquí mismo llamada Atroteatro,
Oscar, Nacho, Belén, Cristina, entre otros muchos y unas cuantas veces también se ha celebrado la fiesta en la bodega
también de Mariano la que hay justo al lado de la nave que por aquellos años se
bailaba “el Conejo de la Loren”, más o menos el año 71. En la plaza donde vive
Luci y donde vive Teodoro, donde vivía el Mudo, allí se cerraban las calles,
para cobrar entrada del baile, no sé si alguna vez traerían a tocar a los
Revientamozas. En el taller de Pedro Prádanos, cuando no estaba terminado aún. También
otro año, en otro taller, en el de Marti que se fue la luz por cierto y claro
hubo que llamar al señor Faustino para que lo arreglase. En el gallinero de Cándido
que se preparó una buena ya que casi todo el mundo salió rascándose la cabeza
por los piojos. Tuvieron que echar zotal. Un día me dijo Claudio que en la nave
redonda, en el parking del San Cristóbal también se celebró la fiesta allí.
Donde la casa actual de la Diocle,
que arriba vive Feli, antes estaba la panadería del señor Macario Espina y justo
en frente la otra panadería, la de Paco Pus (que eran panaderos), el señor Luis
y la señora Margarita con el caballo grande que tenían, pues allí donde Macario
se hizo un año el baile. Y que yo me acuerde en los últimos años, en el salón
de actos del ayuntamiento y en el centro parroquial.
Os voy a contar unas cosas curiosas de Quintana que
me han contado, un poco de historia de nuestro pueblo:
Donde se acaba de inaugurar la casa rural Villa
Espina, unos años estuvo vacía, pero antes fue farmacia, donde Piluca y antes
la tienda de Emérico, que se vendía de todo, pero más especializado en
construcción, la tienda de Julianín como
siempre, pero antes de su padres Manuel y Felisilla.
Donde vive la alcaldesa y Marti eran huertas, la de
Marín, mis abuelos cosechaban flores para el día de los santos, el ramo pequeño
5 duros y daban buenas flores.
En la peluquería de Begoña también recién inaugurada
antes estaba la herrería de Marti, Sabino y Juanito, creo que tenían una
lambreta y un Dyane 6, luego cuando se mudaron al taller actual ya tuvieron los
dos Renault 12 familiares blancos.
Por primera vez el teléfono estuvo donde la señora
Ceci o en la casa de Asunción Pobes (Doña Asun), por cierto Asunción Pobes (así
se llama el colegio de Quintana), primero en un sitio y luego en otro, el orden
no me acuerdo y después en la casa de la señora Elvira, la abuela de Yagoba, lo
llevaba la señora Eli y sus hermanas, allí iba mi padre para llamar a la
colonia a mi madre, en el 71, 72 y después donde Correos, que lo llevaba la
señora Dorita.
En la calle del mercado no se podía pasar los días
de mercado, como su nombre indica, se llenaba la plaza del ayuntamiento, el
aparcamiento de la vasca, por detrás de donde vive mi abuela, todo lleno, de
ovejas, burros, mulas, machos, carros, remolques, los bares llenos a tope,
había tiendas de fruta, verdura, de todo, una verdadera fiesta.
El ayuntamiento no siempre ha estado donde ahora, antes estuvo en la plaza de la iglesia, pero
en el centro de la plaza, en la plaza redonda que antes fue cuartel de la
Guardia Civil y luego el ayuntamiento paso a donde la casa de Luci que allí
firmaron los papeles de boda mis padres, de padrinos a Marti y el Señor
Casimiro, que tuvo que ir mi abuelo un 5 de enero en bici a Torquemada a por un
libro de familia que no había en Quintana para que luego mis padres pudieran ir
de luna de miel juntos. Vosotros me entendéis.
Cuando tenían el taller al lado del molino, Vítor y
Prádanos que también estaba trabajando Lucio que luego cada uno montó su taller.
De ir las mujeres con la lata al molino, una cosa
curiosa.
La pescadería de la Filo al principio ahí en frente
en la caja de ahorros y luego en el ayuntamiento, donde fueron pregoneros mi tío
Pedro y Lorenzo, que pregonaban chicharros, sardinas tatatá en casa de la Filo,
la señora Patro, perdón Señorita Patro les echaba la bronca, les decía: será la
señora Filo no Filo a secas. Y mis tíos más decían donde la Filo, adrede. ¿Os acordáis?,
Aninassss, a 5 pesetas el pregón.
Y de bares: el 29 de julio del 81 que se inauguró
el Lafri, hizo 32 años el otro día. El Bar del Pico o de Benito, la Caraba que estaba
donde vive la señora María, donde Serafín, el Gato, era una cantina, el Porrón.
Había un bar en frente de la estación, de Chapilla, la cantina de Charo como he
dicho antes, el bar Avenida (El Casino), la señora Isabel y el señor Paco, los
padres de Maribel, la mujer de Antonio y hace unos 20 años el Figón de Castilla
de Pepe, que luego se convirtió en el Pasarela de Oscar y Toño.
Cosas que yo me acuerde de este pueblo: pues cuando
se quemo el “puti”, cuando se hizo la pista de fútbol, por ejemplo aquí a la
vuelta estaba la carnicería de Eugenio, también me acuerdo cuando un día hubo
un accidente en la carretera general y todo el tráfico lo pasaron por esta
carretera, menudo Cristo para llegar a casa de mis abuelos desde el colegio,
cualquiera se atrevía a pasar, estaba todo colapsado, como Madrid en hora
punta.
De ir a por leche donde la Tere y Aurelio, de la
casa de la Geni al otro lado del puente, nada más pasar el puente a la derecha,
de venir los soldados de la colonia a coger agua al depósito aunque existan
unas tuberías que llevaron agua desde el depósito pasando por el puente de
piedra hasta la colonia.
Ah, y seguro que muchos no lo saben, pero en Quintana
del Puente hay plaza de toros. Justo aquí detrás de la caja había una casa que
vivía un tal Dani que su padre era el guarda agujas, ahí a la vuelta donde está
la carnicería, pues antes también estaba la carnicería antigua con su sofá a la
derecha nada más entrar y justo después la zapatería de Abel, un poco más
adelante lo que es ahora la casa de Fidel, estaba el estanco, donde estaba la
señora Clemen que tenías que coger una moneda y raspar la ventana para que te
atendiese. Aquí detrás en la plaza del ayuntamiento, la primera casa donde
viví, justo en frente de donde mi abuela, en la casita que hay que pertenece a
la casa de Faustino, la Valen y de la Primi, que también me acuerdo, de Plácido
y su mono Amedio, del camión de César, de cuando se construyó el Ayuntamiento
actual…
Ah, la casa de Luis el bichero, donde vivió Manoli
con sus hijos, Mauro, Rocío, Marcos, Vanesa y Claudines. Por cierto: del primer
amigo que tengo constancia y me acuerdo fue de Claudies, estábamos casi todo el
día juntos. Me acuerdo donde ahora es el garaje de mi padre, que planeábamos su
hermana Vanesa, Claudines y yo saltarnos al local.
Gracias a que mi madre me obligo a dormir la
siesta, pues me libré, ya que al rato estaba el local en llamas y claro sonaron
las campanas de la iglesia, se formó una cadena humana para traer cubos con
agua desde el portón de Aurelio y Tere. Se montó una buena. Con poco más de 4
años no me hubiese gustado haber cargado ya con un incendio a las espaldas.
Cuando empecé a ir al colegio con la maestra de
Torquemada, María Jesús, pues me senté con Rodrigo, el hijo de Tomás y de
Maripaz, que ya mis padres se conocían y tenían amistad, nos sentamos en una mesa redonda los dos y a partir de ahí
estuvimos muchísimos años juntos.
En verano me
acuerdo que teníamos que convencer a Tomás para que nos llevase a bañarnos al
río ya que era peligroso y no había piscina (bendita piscina y yo que la
critiqué, cuando Juan Luis empezó a hacerla, esto no funcionará decíamos,
seguro que queda para que Serafín riegue la huerta, porque no vendrá nadie, que
bien que me equivoqué), cuando a Tomás no le apetecía llevarnos al río a
Rodrigo y a mí, optábamos por la segunda opción… LORENZO, él se sentaba donde más corriente había,
nosotros intentábamos hacer lo mismo, pero era imposible nos llevaba la
corriente.
No hacía falta ser amigo por el Facebook, era bien
fácil, lo explico para los más pequeños, vivíamos sin móvil y sin internet y
podíamos quedar todos juntos, simplemente había que ir y llamar a la puerta de
la casa del amigo en cuestión, íbamos en bici y andando, nada de coches y para
tener amigos, no había que mandar una invitación en el Tuenti. Me acuerdo que
la abuela de Rodrigo, la señora Isabel nos dijo a Rodrigo y a mí, luego vais a
casa de la señora Ceci y de Silvino el Carpintero que hay un niño de vuestra
edad que se llama Martín, le llamáis a la puerta y jugáis con él, y así fue,
fuimos a la puerta de la señora Ceci y dijimos una de las frases que más se
repitió en los siguientes veranos, Martín ¿Sales?, hasta hoy.
A los de Vitoria, Edu y Rubén los conocimos de otra
manera que yo me acuerde fue una de esas noches que íbamos al Pico a jugar al parchís o a
estar por allí dando paseos o jugando al escondite y creo que así nos
conocimos.
Sólo nos faltaba uno para formar la panda del
verano, una persona con la que todos nos peleamos, desde los 13 años no ha
cambiado nada, está igual, Carlos, el de los muebles Docar, tenía moto y ya era
todo un avance, con Carlos dejamos de dedicarnos principalmente a la
fabricación de tirachinas, arcos, ballestas, casetas, carreras de barcas
fabricadas con juncos debajo del puente, intentar pasar a la isla sin mojarnos
por las piedras, dejar de buscar balas de la guerra civil en esas piedras y
pasamos a dedicarnos a actividades un poco más sofisticadas como pescar, regar
los chopos, ir a cangrejos, hacer hogueras, quemar frigoríficos en el basurero y
hacer por primera vez la peña Adoquín en el local del abuelo de Martín que
ahora es de la familia de Simón (Guitarra), también con el dinero que sacamos
de la primera vez que hicimos peña (3000 pesetas para cada uno), sustituimos el
viejo neumático de tractor que nos regalo Vitines por una barca de lona que nos
compramos Martín, Rodrigo y yo.
Estos eran los amigos de verano ya que para el
invierno tenía que arrimarme a los panaderos, Kike y Gallofa para que me
aceptasen como amigo de nuevo, todos ellos conocidos por el colegio. Principalmente
éramos estos 5, aunque otras veces, se arrimaban, Gamazo, Mónica, Cristina y
Patricia.
Para el invierno también había bastantes
actividades, hay gente que me pregunta que cómo es que me gusta tanto el pueblo
si no hay nada que hacer. Pues te cuento, en invierno aparecían en acción las
canicas, también tenían mucho protagonismo los cochecitos, las chapas,
campeonatos de fútbol de chapas, jugar a bandera en las escuelas, ir a buscar
ladrillos a la era del Gnomo y hacer toda una infraestructura de carreteras de
nuevo en las escuelas, jugar al fútbol, destrozar los estadios de fútbol que
fabricaba el Buitre y la actividad estrella, a los playmóvil en frente de la
casa de Juanito y Conchi, que había un montón de arena, que desde aquí pido
disculpas por las veces que la esparcimos. Era genial ver a Gallofa conducir el
camión de bomberos volador pilotado por un mono, todo ello de los playmóvil
claro.
Aparte de jugar por las tardes también íbamos al
colegio por las mañanas. No os creías, la cosa cambiaba, entraban en juego los
hermanos Guzón, Iván al que yo le copiaba los deberes de inglés en la poyata de
la casa de Rafaelito que eso fue hace unos años la Caja Rural donde trabajaba
el Cura Don Lucio. ¡Ay don Lucio, cuántas veces fueron mi abuelo y él solo a
misa a diario!, y le decía don Lucio a mi abuelo: “Bueno, como nosotros ya nos
la sabemos que le parece Pedro si nos vamos a tomar un vino a donde Benito”.
Cuando terminaba de copiar los deberes a Iván, con
Mochuelo montamos un comando para intentar todos los días pincharle las ruedas
al autobús y con Gallofa tirábamos piedras para… allá.
En el tema de las peñas, al final han sido 9 años
haciéndola, los primeros los más intensos ya que empezabas a finales de junio a
prepararla y justo llegabas para fiestas con ella terminada. Sin duda el mejor
año el que hubo tres en el pueblo: San Esteban, que era una clásica de la
quinta de mi hermano, Adoquines, la nuestra y la peña Tuero, donde entraban los
hermanos Terceño, Paco, Jipi, el panadero y más gente de esa quinta.
Volviendo al tema de las fiestas anteriores, me
acuerdo de esos torneos de futbol que se jugaban por la noche hasta las 4 de la
mañana, por cierto ayer ganamos nosotros, de los coches de choque en frente de
la panadería, cuando no había la plaza y era una era, donde dejaban los aperos
de labranza, que si llovía mucho se inundaba, luego hubo otra temporada que se
hicieron al lado del consultorio médico que no siempre ha estado allí. También
me acuerdo cuando don Nápoles pasaba consulta en la casa de Mariano de la Parte.
En fiestas también venían los del tren de la bruja y un año una pequeña noria.
Una de las partes importantes de Quintana del Puente
son las bodegas. La primera vez que recuerdo de subir a las bodegas, no sé a qué
edad, pero era a la del señor Valeriano que también subía Fernando y Nino, hubo
una temporada que bajaba un raposo y le daban algo de comida. Era todo un
acontecimiento por las noches y en una de esas veces alguien me llevó a verlo.
Éste fue mi primer contacto con la bodega.
A partir de ahí ya empezamos a subir muchos fines
de semana sobre todo a la de Valeriano con un camping gas y toda la comida y la
bebida en mochilas y bolsas que las llevábamos andando, hasta que alcanzamos la
edad de poder conducir motos y ya bajaban principalmente, Baudi y Blinca de
Tabanera y Coyote, Antonio, Monín, Chuchin y Vicente de Villahan, justo coincidió
con la herencia o el okupa miento de la casa Okupa nunca mejor dicho, con su
mesa de ping pong, futbolín que aún tengo cicatrices en la mano por tenerle
arreglado con puntas los agarraderos, podíamos escuchar música, guardar las
motos, ir a mangar cerezas y comerlas allí sin ningún problema, y lo mejor de
todo poder celebrar allí la hoguera de San Juan.
Poco a poco pasaron los años, íbamos al insti, que
el señor Nicolás (granujilla) nos abría el Lafri para que no pasáramos frío. En
la pandilla se juntaron los pequeños, Beatriz, Teresa, Javi, Dani, Carlitos y
Rubencillo, cada uno de los amigos con sus estudios, sus trabajos, sus coches,
sus novietas, idas y venidas, pero la panda siempre ha estado casi todos
unidos, los de verano y los de invierno, hasta por ejemplo el otro año donde
celebramos una gran despedida de solteros conjunta EL MUSCUCASIN, con la ayuda
de todo un pueblo, agradecer a Conchi y al equipo de gobierno por cedernos las
escuelas, a Don Jesús y a las mujeres por cambiar de fecha la cena de Manos
Unidas, a todos los amigos que nos ayudaron a preparar todo, a nuestras
familias y a toda la gente que asistió a la fiesta, ya que como sabéis el 1 de
septiembre del 2012 tuve la suerte de poder casarme en mi pueblo con mi mujer
Beatriz y pasar uno de los mejores días de mi vida en Quintana, ahora solo pido
que atinemos y nos pueda venir algún niño ya que si nos liamos mucho con los
que han nacido me le van a pegar sea niño o niña.
Para los que me conocen como el nieto del Leones o
el hijo de María Isabel, el del gallego que estaba en Suiza, o como el sobrino
de Lorenzo, o el hermano del Teto, o Musculitos, o el Muscu, o Davicillo y para
los que me acaban de conocer ahora mismo, gritar conmigo:
¡Vivan los pueblos de alrededor! ¡Viva San Esteban!
¡Viva Quintana!
GRACIAS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario